De buenas a primeras se enderezó y bajó las piernas de la cama, poniéndose la camiseta y el resto de la ropa. Miró hacia atrás y Timothy le clavó la mirada encima. -¿Qué miras? - Le preguntó el chico y Gwynevere solo desvió la mirada al espacio entre las almohadas. -O'Malley, dejamos en claro que yo te sirvo de consolador y tu me sirves de entretenimiento. No me mires así. - Gwen giró el rostro al frente y se anudó los zapatos como podía. -Por cierto, ve a comer algo, parece que te estés muriendo. - Declaró el muchacho, estirándose al borde de la cama donde ella estaba y girándole el rostro con una mano para besarla. Gwen se resistió pero sucumbió a los pocos segundos, cuando cerró los ojos "Kyle..." Pensó y sus besos no solo dejaron de ser rehuyentes, también se volvieron hambrientos, y fue entonces que cogió a Timothy del cuello. -Woh, Woh, O'Malley. Te portas como puta cuando te acuerdas de él. - La chica frunció el ceño y se limitó a terminar de arreglarse la ropa, los zapatos y el cabello.
-Es bueno ver que ya te recoges el cabello. Luces como indigente con el pelo en el rostro. También deberías considerar comprarte ropa que te quede y dejar de usar la ropa de marimacho que siempre te pones. - Le recomendó y ella se quedó bien quieta antes de volver a mirarlo. -Los consoladores no hablan. - Dijo al fin en voz baja. -No tienes derecho a opinar sobre lo que me pongo o no me pongo. - Reclamó alzando un poco la voz. Timothy se rió y se sintió cohibida, así, de la nada. -Puta, te revuelcas conmigo porque tu novio ya no te quiere. Nadie te quiere, ¿Recuerdas? Deberías arrodillarte cada que me ves, claro que tengo derecho a hacerte y decirte todo lo que se me venga en gana. Soy el único que tiene los huevos para decirte las cosas como son. Cuerpo y cara bonitos, estas apretadita aún y te mueves delicioso cuando piensas en el nenazas ese. No quiero más... ni pido más tampoco. Soy tan buena persona que a veces me sorprende que haya tanta gente que me encuentra molesto o asqueroso.
Esta vez, la castaña rodó los ojos mientras se levantaba para marcharse. -Que no se te olvide... te quiero aquí a las 02:00 en punto. Antes es muy pronto y después se me habrán quitado las ganas. - La chica solo asintió esta vez y él la cogió de la muñeca. -Así me gusta. ¿Sabes? Deberías limitarte a abrir la boca solo para gemir. - La soltó al fin y ella se marchó del lugar. El estómago le rugió de forma momentánea. Pero no. Tampoco ese día iba a comer.
-Es bueno ver que ya te recoges el cabello. Luces como indigente con el pelo en el rostro. También deberías considerar comprarte ropa que te quede y dejar de usar la ropa de marimacho que siempre te pones. - Le recomendó y ella se quedó bien quieta antes de volver a mirarlo. -Los consoladores no hablan. - Dijo al fin en voz baja. -No tienes derecho a opinar sobre lo que me pongo o no me pongo. - Reclamó alzando un poco la voz. Timothy se rió y se sintió cohibida, así, de la nada. -Puta, te revuelcas conmigo porque tu novio ya no te quiere. Nadie te quiere, ¿Recuerdas? Deberías arrodillarte cada que me ves, claro que tengo derecho a hacerte y decirte todo lo que se me venga en gana. Soy el único que tiene los huevos para decirte las cosas como son. Cuerpo y cara bonitos, estas apretadita aún y te mueves delicioso cuando piensas en el nenazas ese. No quiero más... ni pido más tampoco. Soy tan buena persona que a veces me sorprende que haya tanta gente que me encuentra molesto o asqueroso.
Esta vez, la castaña rodó los ojos mientras se levantaba para marcharse. -Que no se te olvide... te quiero aquí a las 02:00 en punto. Antes es muy pronto y después se me habrán quitado las ganas. - La chica solo asintió esta vez y él la cogió de la muñeca. -Así me gusta. ¿Sabes? Deberías limitarte a abrir la boca solo para gemir. - La soltó al fin y ella se marchó del lugar. El estómago le rugió de forma momentánea. Pero no. Tampoco ese día iba a comer.
Leave a comment